Cuando llegó a su lugar de trabajo el director y su supervisor conversaban en el despacho a puerta cerrada. Él encendió el ordenador y sacó la pequeña botella de agua que traía en su mochila.
Cuando la puerta del despacho se abrió, ambos se acercaron y le preguntaron si podrían hablar un momento, serían tan sólo cinco minutos, le aseguraron.
Una vez dentro y con sus dos jefes delante le soltaron la noticia.
-Lo siento, la empresa no puede serguir pagándote, no hay dinero asi que debemos despedirte. No te lo tomes como algo personal.
El hombre resignado, recogió sus cosas y se marchó a casa. Dos meses después se enteró de que la empresa declaraba la suspensión de pagos. Sus compañeros que hacía un mes que no cobraban el sueldo se vieron en la calle, sin finiquito y con un juicio pendiente.
Tras siete años de estudios y ocho de experiencia estaba en la calle. 38 años. Ingeniería industrial
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
y no solo eso,
el epicentro de la deflacion bajo los pies
http://www.nytimes.com/2009/04/21/business/global/21deflate.html?hpw
agarrense los machos salvo que su sastre sea rico
Yo también lo había visto en el selector de soitu. Es muy triste que te tengas que enterar por periódicos extranjeros lo que aquí nadie tiene agallas de decir.
las virtudes del yonospikinglis
Publicar un comentario