Hace mucho tiempo vi en televisión un reportaje que me dejó alucinando. Se trataba del típico reportaje cámara en mano sobre los robos en los supermercados. En un momento del reportaje saltó uno de los hechos más sorprendentes que había visto.
El caso es que los jubilados, con una pensión mísera, no tenían suficiente dinero para comprar los productos básicos con lo que contactaron con los yonkis que había en el parque y les pasaban una lista de la compra.
Más tarde cuando el yonki le traía la compra al jubilado este le pagaba un precio estipulado anteriormente y así salían ganando los dos. Uno tenía para comer y el otro para pincharse. La alianza entre yonkis y jubilados no sólo me parecía esperpética, sino que también me daba miedo.
Desde entonces ya no me sorprenden noticias como esta
"Cinco jubilados torturan a su broker tras hacerles perder 2,5 millones"
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