jueves, 10 de septiembre de 2009

Ultraje

El activista Jaume d´Urgell tiene dos opciones. Puede pagar 1.260 euros de multa por el delito de ultraje a España o puede pasar tres meses y medio entre rejas. Ha elegido la opción más cara: es probable que el jueves un juez ordene su entrada en prisión. “Quiero llamar la atención, por supuesto que quiero llamar la atención, pero no sobre mí, sino sobre este caso”, me cuenta. El terrible delito de Jaume consistió en cambiar una bandera rojigualda por otra tricolor republicana de un juzgado de Madrid durante la primera manifestación por el la vivienda digna, en mayo de 2006. El probable reo trepó por la fachada y sustituyó un trapo por otro. La policía lo detuvo hora y media después, pasó más de un día en el calabozo. La fiscalía pedía una condena más dura pero tuvo algo de suerte: el juez sentenció la condena mínima. Jaume cree que la mínima es también demasiado. Y tiene razón.

Ultrajes a España, suspiros de España. Si ellos son la patria, yo soy extranjero


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